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Taxistas de Ciudad de México afectados también por Uber y Cabify

Era sólo cuestión de tiempo para que los taxistas de la Ciudad de México levantaran la voz para exigir a las autoridades del Gobierno del Distrito Federal que actúen para detener las operaciones de Uber y Cabify. Los taxistas son un gremio duro que puede complicar las cosas a las autoridades. Uber y empresas similares caminan por una línea muy delgada de la legalidad al aprovecharse de lagunas legales (que no es ilegal), con lo cual atrae la mirada de reguladores y políticos para prohibirles o regularles. En diversas ciudades de Europa y EE.UU. han sido prohibidos o al menos puestos en stand by hasta que la autoridad sepa que hacer al respecto.En pocas comienza a aclararse el panorama.

Taxistas, un gremio difícil

Trabajé por tres años en un gobierno municipal y una de mis responsabilidades era ser la primera aduana de grupos que protestaban. Es decir, me tocaba salir a la calle para dialogar con ellos y tratar de convencerlos de que analizaríamos sus demandas o bien les ofrecía opciones al momento. Algunas veces no lo conseguía así que no había de otra más que dejarlos pasar lo más ordenada y organizadamente para que dialogaran directamente con el Alcalde.

En varias ocasiones fueron grupos de taxistas los que protestaban, generalmente contra los piratas o bien por meros motivos políticos. A veces bloqueaban algunas calles principales pero eso era manejable y tolerable hasta cierto punto, pues el daño colateral no era tan alto. Sus afectaciones se limitaban por lo general a quienes usaban dicho servicio y algún bloqueo de calles. Otra cosa muy diferente era cuando quienes protestaban eran concesionarios de transporte colectivo, lo cual afectaba a miles de ciudadanos. Aquí había que actuar rápido, aun cuando sus protestas eran infundadas.

En el caso de los taxistas de la Ciudad de México el escenario es similar aunque ciertamente a mayor escala toda vez que existen registrados alrededor de 140 mil taxis, aunque no todos están organizados (sólo un 20% aproximadamente, según reportes). Este hecho reduce temporalmente su capacidad de movilización, pero es obvio que el GDF no dejará que el movimiento crezca e incluya a todo el padrón por lo que es previsible que ofrecerá alternativas para, por un tiempo, generar mesas de diálogo.

Taxistas piden prohíbir Uber y Cabify

Según reportes de prensa, lo que pide un sector de los taxistas es muy simple pero radical: prohibirlos y por lo tanto, sacarlos del negocio de transporte a la brevedad. Le dan al GDF dos semanas (a partir de esta) para que actúe y lo haga también contra los piratas, los moto-taxis, taxis ejecutivos con placas particulares, entre otras malas prácticas, según indicaron en una rueda de prensa realizada ayer lunes 27 frente al Zócalo de la capital del país.

Los taxistas adelantaron sus acciones en caso de que las autoridades no atiendan sus demandas. Una de ellas es el bloqueo, similar a lo que hicieron los taxistas de Londres y otras ciudades europeas el pasado mes de junio. De hecho los taxistas de Londres volvieron a protestar el pasado 29 de septiembre, generando tráfico intenso en ciertas partes de la ciudad. El tema sigue sin resolverse pues las autoridades locales se encuentran en una encrucijada; mantener lo tradicional o dar paso a la modernidad respetando e incluyendo a lo tradicional.

Derivado de la primera protesta (al menos pública) en Ciudad de México de los taxistas contra Uber, Cabify y Cía, los directivos de las dos primeras rápidamente salieron a medios. En una entrevista para El Economista el directivo de Cabify declaró estar dispuesto «a sentarnos en mesa de trabajo con todos los actores para establecer una normatividad y no caer en malas prácticas». Con una cuota de casi el 10% del mercado de movilidad motorizada individual en el DF, estas empresas harán todo lo posible para que su negocio no sea clausurado.

Un asunto complicado pero con solución

El GDF (y cientos de gobiernos locales más en México y el mundo) tiene todo un reto en sus manos pero que, si lo soluciona correctamente, conllevará a que la movilidad individual motorizada en la ciudad sea más barata, que contamine menos, que atraiga a más pasajeros que usan auto particular, que reduzca el tráfico, que aproveche la tecnología y que deje a todos más o menos contentos. Esto es posible. El sitio de taxis que usualmente utilizó hizo convenio con Easy Taxi para mejorar su servicio. Los taxistas regulados pueden hacer lo mismo y sumarse a la empresa (o app) que más convenga y ya será el mercado quien vaya otorgando la preferencia a tal o cual marca.

México (y el mundo) no pueden mantener el modelo de transporte que actualmente predomina; automóvil privado muchas veces con un viajero (conductor-dueño). De aquí que Uber, Cabify y otras iniciativas similares como Blablacar (compartir costos de viaje en automóvil) son más que bienvenidos y por lo tanto deben ser meramente reguladas, al tiempo de atender las justas demandas de los taxistas tradicionales a quienes se les exige el cumplimiento de normas y además pagan impuestos. Estas mismas reglas deben aplicar para quienes operan anónimamente en Uber y Cabify.

Fuente: Xataca

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